domingo, 2 de octubre de 2011

Realismo onírico

Primero fue al departamento de artículos para oficina, tomó una banca giratoria y como si fuera uno más de los carritos de canasta metálica, la rodó por un largo pasillo hasta llegar al departamento de muebles para el hogar. Lo hacía lentamente de forma discreta. Un tímido empleado de saco morado lo observó, y dejó de quitarle la vista cuando el cliente puso aquella silla frente a una mesa y arratró ambos muebles hacia el rincón más apartado de la tienda. Vió que le faltaba algo a su preparación y fue por una lámpara, entendió que le faltaba aún lo más importante luego de girar la cabeza varias veces. El empleado se asomaba de la esquina de un mostrador con una gran sorpresa y continuó el recorrido que el hombre hacía ahora hacia el departamento de ferretería y tomó una extensión y buscó donde conectarla. Detectó que había un enchufe utilizado para un anunció de leche, desenchufó el luminoso y conectó la lámpara. El cliente medito un moemento como si repasara en los rincones de su mente que más podía faltar y al entenderlo, con pasos pequeños pero decididos fue al departamento de películas, tomó una. Todo su recorrido lo replicaba el empleado que para ese entonces ya había dejado sus actividades, volteaba ansiosamente para no ser visto ni por el cliente, ni por la gente que pudiera entorpecer su vigilancia con una ridícula pregunta del tipo "oigajovendondestaloquetengoenfrente". Podría contestarles pero el sospechoso podría en ese momento meterse en algún rincón para ser perdido. El empleado tampoco quería ser visto por sus superiores que podrían pensar que no estaba acomodando artículos tal como obligaban todas las leyes, desde la ley del valor hasta la ley del más fuerte. Apago su guolitoki y siguió las acciones imparables del sospechoso. Ahora tenía sobre la mesa que se había preparado una televisión conectada a unos audífonos y a un reproductor de DVD donde giraba el disco de la película que había seleccionado y admiraba sentado con la cabeza recargada sobre una mano que a su vez descanzaba sobre una almohada que aún tenía su bolsa de nueva. Con la otra mano sostenía la caja del DVD a una distancia que le permitiera leerla comodamente. En momentos la dejaba sobre la mesa y tomaba una pluma para hacer unas anotaciones sobre un cuaderno "escribe".


El empleado se asercó de puntas, muy cuidadosamente, y cuando estaba atrás del sospechoso con las dos manos se lanzó sobre su cuerpo.

- Lo tengo, no se mueva


Ambos rodaron sobre la silla, arrancaron los audífonos cuyo cable fue roto y siguieron proyectándose hacia una vitrina cuyo vidrio acabó echo añicos.

- ¿Que hace?

- ¡Atrapándolo!

- ¿Pero por qué?

- Está robando

- No es cierto, estoy trabajando


En ese instante el empleado enrojeció. Pensó que quizá era el dueño.

- ¿Señor?

- Sí, soy señor, y usted me está molestando mi trabajo, yo no molesto el suyo, porque usted molesta el mío, vengo a este lugar porque es tranquilo y vea, quiza ponga una queja

- ¿Entonces usted no es el dueño?

- ¿Dueño? Ah que tonterías dice, ni los dueños de esto se conocen entre sí

- Pues entonces está robando, vea, todas las cosas que está utilizando, son de la tienda, no son de usted

- Sólo las he tomado prestadas, supongamos que las quiero comprar y las estoy probando

- ¿Va a comprar la tele?

- Probablemente

- ¿Y la pluma?

- Seguramente

- ¿Y el cueaderno? ya usó hojas

- Indudablemente

- ¿Y la pizza?, ¿y el refresco?, ¿el plato y los cubiertos? ... ¿y la cerveza?, .. ¡cerveza... hágame favor!

- Fui a pagarlo antes, aquí está mi tiquet -le dijo el sospechoso al empleado mientras masticaba y se quitaba la comida con la lengua

- ¿Que hacey aquí?

- Soy crítico de cine y estoy viendo esta película


La discusión se fue acalorando y el empleado hizo gala de su suspicacia.

- ¿Ah si? a ver dígame -increpó mientras tomaba el paquete de la película- de que trata la película, yo creo que usted sólamente trata de despistarnos

- Es la historia de un buen hombre -leyó de un apunte- que se ve acosado por la vida mientras su familia y la sociedad lo arrima a acciones impredecibles, tiene elementos de realismo y otros de surrealismo onírico, esta mezcla...

- ¡Silencio! llamaré a seguridad, aquí dice que es la historia de la vida de tres personas cuya trascendencia se ve marcada por la fuerza del destino -decía mientras presionaba el guokitoki olvidando que lo había apagado- atento, atento...


El sospechoso recapacitaba de lo escrito y arrancaba la hoja insatisfecho.


Comenzó una gran discusión y la gente se juntó para ver que ocurría. La discusión rigaba en torno a que el sospechoso mentía y había llegado a robar y su coartada era que trabajaba como crítico de cine. Entraron a la discusión otros empleados, y los clientes defendían al sospechoso

- Sólo está trabajando, como ustedes


Se hicieron dos bandos hasta que se acercó una mujer con un carrito repleto de montañas de mercancía.

- Compermiso por favor, compermiso -decía mientras se hacía paso entre el tumulto- ya terminé cariño


Entonces el sospechoso se paró y metió la película, la pluma, el cuaderno y otros objetos en el carrito y se dirijió al empleado

- Si no trabajara cuando acompaño al super a mi esposa, perdería cinco horas valiosas de mi tiempo, y al rato entrego la reseña, compermiso, compermiso

- Es la historia de un buen hombre que se ve acosado por la vida mientras su familia y la sociedad lo arrima a acciones impredecibles, tiene elementos de surrealismo y otros de realismo onírico... -repitió el empleado leyendo la hoja abandoada por el sospechoso.

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