domingo, 2 de octubre de 2011

El fracaso del internet, las corridas de toros, el mar muerto y la gran estafadora





Comunicación a dos vías

Internet se presupone que es, ante todo, un medio de comunicación. Al principio lo fue escrito, luego se convirtió en visual y hoy es multifacético. Sin embargo, ha dejado de permitir -paradójicamente- el libre intercambio de datos e ideas. Fue una gran fiesta un día, porque por primera vez había un medio de comunicación masiva a dos vías. Si bien lo había intentado la televisión o el radio con el clásico "diga por quien vota", nunca tuvo un verdadero efecto democrático pues eran intentos limitados a la capacidad de respuesta a la demanda. En un programa de radio no se les podía contestar a todos, pero al menos había una muestra de las ideas de la audiencia. El punto es que hoy, gracias a internet la gente sabe muchas cosas, pero todas las entiende mal. Ahora el internet sí es la super vía de la información, pero ya sólo va a un lugar. Iba a poner dos ejemplos, pero en vista que uno de ellos es muy privado sólo pondré uno.


Hace unos días se abrió un foro de discusión en Facebook sobre las corridas de toros. Es un tema muy polémico en realidad. Yo di mi opinión que que siempre había tenido muy clara: me valen absoluto hongo (¿si se dice así?) las corridas de toros, YO no mato animales (excepto moscas) ni los aprovecho ni para comer (tampoco como moscas, por lo que cada mosca que mato se desperdicia) ni para vestir, que la gente haga lo que se le de la gana mientras no sea un delito. Tampoco me gustan los animales porque igual que el humano comen animales y por eso me muerden. Eran 54 palabras que podrían caber hasta en ese sistema telegráfico que hoy llaman pomposamente tuiter. Luego agregué algo resumible en once palabras: me parece un poco hipocrita defender animales mientras se les come. Con esto la cuenta total resumible ascecendería a 62 palabras.


Esa posición me fue transformando -a lo largo de horas primero, y días después- en un supuesto aferrado defensor de los animales, talibán de lo viviente, ecologista y otras cosas más que por supuesto no soy. Muchos mostraron sus puntos de vista, sobre por qué las corridas de toros eran "buenas" o "malas" y los argumentos se fueron ampliando. El internet va generando sus propios lenguajes para asignar significados a los mismos conceptos que siempre han habido pero en sus nuevos contextos. Al debatiente automático al que antes se le llamaba "francotirador" y en su grado más avanzado "borracho" hoy se le llama "troll". Es un internauta que tiene como misión hacer preguntas incómodas, molestar, y poner un elemento entrópico en las discusiones. El no lo hace necesariamente de manera constructiva, normalmente está alimentando un ego insaciable y gigante. Y dio su argumento en forma de pregunta "¿es más importante el humano que los animales?". 8 palabras y dos signos.


¿Por qué si yo digo en una comida soy vegetariano me pasan la ensalada pero si digo lo mismo en internet me consideran terrorista? Creo que es porque internet es una especie de circuito polarizador. Cada persona entra como un transistor que al salir tiene una carga asignada. Hay papeles que cubrir, tiene que estar el bueno, el feo, el malo... Y así nos permite ir entendiendo el mundo como lo hace una caricatura. Lo mismo al revés, si en ese contexto alguien dice "son riquísimos los bisteces", se supone que debe estar defendiendo la cacería cruel e inhumana, el maltrato animal. Cada quién va buscando una bandera.


En le "debate" que mencioné, el resultado fue que nadie entendió nada de lo que el otro decía, haciendo realidad la pesadilla Witggensteniana del lenguaje privado. El troll en su caldo idóneo comenzó a insultar, otros a defenderse, etc. El resultado fue el intercambio cero de información. Hubiera sido mucho más productiva una plática de 5 minutos entre dos personas, que un "foro" (antes del internet se llamaban argüendes) con casi 100 y que no lograron... no digamos llegar a un resultado, bueno, ni siquiera lograron saber que decía cada quien.


Flotando en el mar muerto

El asunto es ¿por que el que iba a ser el medio de comunicación idóneo se ha convertido justo en lo contrario? Claro, todos encuentran a sus amigos, dependiendo la edad, de la universidad, la preparatoria, la secundaria, la primaria o hasta el kinder donde estuvieron. En el primer instante que los encuentra la persona siente una descarga de adrenalina, ve la calva o en el mejor de los casos las canas de su amigo, quizá le falten dientes, quizá aún sean jóvenes y digan ambos, orale, como has cambiado, o "estas igualito(a) pero más gordo(a)". Recordará cada quien 2 o 3 cosas, quizá hasta organicen una fiesta de generación en honor a feisbu. Y ya. El morbo saciado. Nada será como cuando el contacto era humano, ese grupo de primaria, o secundaria, no reunirá fondos para el compañero en problemas como tiempo atrás, nadie se sentará a tomarle del hombro a quien perdió a su familiar o a su mascota. Pero seremos pagados con el engaño de que vivimos tiempos de humanidad extrema, donde es posible reencontrar a quien fue parte de nuestra historia. Pero sólo encontraremos el cuerpo. Cada quien caminará con su alma por sus sitios.


Pronto cada quien podrá saber con que otras personas convivió en los cuneros, y el resultado será el mismo, cero. Se siguen encontrando las personas pero si no hay un lazo espiritual o material, ese lazo es fantasma, como el dinero, que como dicen varias teorías conspiranoicas no existe. Es un nexo nominativo. Hoy el dinero inexistente, vale lo mismo que la amistad. Tengo 548 amigos. A ver, pídeles prestado 1 dolar (antes del interner se llamaba decena de pesos) a todos, a ver cuantos te prestan. Y al que preste, pregúntale si le pagan. Nunca había sido tan importante el número de amigos como la calidad de los mismos, nunca había sido tan importante el número de seguidores, o de posteos como quienes eran ellos. Hoy, uno de los llamados twiters que tenga un sólo seguidor es menos que el que tiene mil. AUN que el del único seguidor fuera seguido por Obama. Importa mucho la resolución de las fotografías, aunque las fotos aficionadas de internet no reflejen ni con mucho la nitidez de las fotos analógicas.


Volvemos a la pregunta ¿Por que? y se responde con más preguntas. ¿No será que ese es el objetivo? Una hyper dotación tecnológica que produce una paralización. Los niños de hoy, tienen equipos cuya simple posesión hace 50 años pudo haberle dado a alguien la posibilidad de sobrevivencia en la selva. En un teléfono hay gps, internet, mapas, luz, calculadora, video, música. Pero a esos mismos niños no les sirve ni para saber lo más elemental. Hace 20 años, los jóvenes hacían o participaban en revistas o periodicos independientes para expresar sus ideas, hoy ellos (y también la gente mayor) hacen blogs de manera solitaria con dos o tres lectores esporádicos que les contestarán con un "like", "ta chido", o cualquier otra cosa incomprometedora. Somos escalvos del "like" o bien de la confusión total. Es cierto que viviemos en un mar de información, pero ese mar es el mar Muerto, porque aunque tratemos de sumergirnos nos llevara instantáneamente a la superficie, a los argumentos superfluos, la agresión o la indiferencia. Me refiero a que la tecnología es como una gran estafadora, siempre promete algo gigante, cumple los primeros pagos y luego se queda con todo. Ocurrió con los autos, eran la promesa de que la gente ya no gastaría tiempo y dinero par aun buen trabajo. Hoy, el auto es el pretexto para que los trabajos estén a 2 o 3 horas de las viviendas y la típica familia mejicana gasta 10% a 20% de su ingreso en autos. Ocurrió también con los procesos alimentarios, al principio ayudaron a nutrir a las personas, hoy son los principales culpables del cancer. Nunca había habido tanto, tanto dato, tanto amigo, tnata comida, tanto dinero, pero somos cada vez más pobres en información, en recursos, en alimento sustancial y en amigos.


Somos la nueva sociedad del "like".



Realismo onírico

Primero fue al departamento de artículos para oficina, tomó una banca giratoria y como si fuera uno más de los carritos de canasta metálica, la rodó por un largo pasillo hasta llegar al departamento de muebles para el hogar. Lo hacía lentamente de forma discreta. Un tímido empleado de saco morado lo observó, y dejó de quitarle la vista cuando el cliente puso aquella silla frente a una mesa y arratró ambos muebles hacia el rincón más apartado de la tienda. Vió que le faltaba algo a su preparación y fue por una lámpara, entendió que le faltaba aún lo más importante luego de girar la cabeza varias veces. El empleado se asomaba de la esquina de un mostrador con una gran sorpresa y continuó el recorrido que el hombre hacía ahora hacia el departamento de ferretería y tomó una extensión y buscó donde conectarla. Detectó que había un enchufe utilizado para un anunció de leche, desenchufó el luminoso y conectó la lámpara. El cliente medito un moemento como si repasara en los rincones de su mente que más podía faltar y al entenderlo, con pasos pequeños pero decididos fue al departamento de películas, tomó una. Todo su recorrido lo replicaba el empleado que para ese entonces ya había dejado sus actividades, volteaba ansiosamente para no ser visto ni por el cliente, ni por la gente que pudiera entorpecer su vigilancia con una ridícula pregunta del tipo "oigajovendondestaloquetengoenfrente". Podría contestarles pero el sospechoso podría en ese momento meterse en algún rincón para ser perdido. El empleado tampoco quería ser visto por sus superiores que podrían pensar que no estaba acomodando artículos tal como obligaban todas las leyes, desde la ley del valor hasta la ley del más fuerte. Apago su guolitoki y siguió las acciones imparables del sospechoso. Ahora tenía sobre la mesa que se había preparado una televisión conectada a unos audífonos y a un reproductor de DVD donde giraba el disco de la película que había seleccionado y admiraba sentado con la cabeza recargada sobre una mano que a su vez descanzaba sobre una almohada que aún tenía su bolsa de nueva. Con la otra mano sostenía la caja del DVD a una distancia que le permitiera leerla comodamente. En momentos la dejaba sobre la mesa y tomaba una pluma para hacer unas anotaciones sobre un cuaderno "escribe".


El empleado se asercó de puntas, muy cuidadosamente, y cuando estaba atrás del sospechoso con las dos manos se lanzó sobre su cuerpo.

- Lo tengo, no se mueva


Ambos rodaron sobre la silla, arrancaron los audífonos cuyo cable fue roto y siguieron proyectándose hacia una vitrina cuyo vidrio acabó echo añicos.

- ¿Que hace?

- ¡Atrapándolo!

- ¿Pero por qué?

- Está robando

- No es cierto, estoy trabajando


En ese instante el empleado enrojeció. Pensó que quizá era el dueño.

- ¿Señor?

- Sí, soy señor, y usted me está molestando mi trabajo, yo no molesto el suyo, porque usted molesta el mío, vengo a este lugar porque es tranquilo y vea, quiza ponga una queja

- ¿Entonces usted no es el dueño?

- ¿Dueño? Ah que tonterías dice, ni los dueños de esto se conocen entre sí

- Pues entonces está robando, vea, todas las cosas que está utilizando, son de la tienda, no son de usted

- Sólo las he tomado prestadas, supongamos que las quiero comprar y las estoy probando

- ¿Va a comprar la tele?

- Probablemente

- ¿Y la pluma?

- Seguramente

- ¿Y el cueaderno? ya usó hojas

- Indudablemente

- ¿Y la pizza?, ¿y el refresco?, ¿el plato y los cubiertos? ... ¿y la cerveza?, .. ¡cerveza... hágame favor!

- Fui a pagarlo antes, aquí está mi tiquet -le dijo el sospechoso al empleado mientras masticaba y se quitaba la comida con la lengua

- ¿Que hacey aquí?

- Soy crítico de cine y estoy viendo esta película


La discusión se fue acalorando y el empleado hizo gala de su suspicacia.

- ¿Ah si? a ver dígame -increpó mientras tomaba el paquete de la película- de que trata la película, yo creo que usted sólamente trata de despistarnos

- Es la historia de un buen hombre -leyó de un apunte- que se ve acosado por la vida mientras su familia y la sociedad lo arrima a acciones impredecibles, tiene elementos de realismo y otros de surrealismo onírico, esta mezcla...

- ¡Silencio! llamaré a seguridad, aquí dice que es la historia de la vida de tres personas cuya trascendencia se ve marcada por la fuerza del destino -decía mientras presionaba el guokitoki olvidando que lo había apagado- atento, atento...


El sospechoso recapacitaba de lo escrito y arrancaba la hoja insatisfecho.


Comenzó una gran discusión y la gente se juntó para ver que ocurría. La discusión rigaba en torno a que el sospechoso mentía y había llegado a robar y su coartada era que trabajaba como crítico de cine. Entraron a la discusión otros empleados, y los clientes defendían al sospechoso

- Sólo está trabajando, como ustedes


Se hicieron dos bandos hasta que se acercó una mujer con un carrito repleto de montañas de mercancía.

- Compermiso por favor, compermiso -decía mientras se hacía paso entre el tumulto- ya terminé cariño


Entonces el sospechoso se paró y metió la película, la pluma, el cuaderno y otros objetos en el carrito y se dirijió al empleado

- Si no trabajara cuando acompaño al super a mi esposa, perdería cinco horas valiosas de mi tiempo, y al rato entrego la reseña, compermiso, compermiso

- Es la historia de un buen hombre que se ve acosado por la vida mientras su familia y la sociedad lo arrima a acciones impredecibles, tiene elementos de surrealismo y otros de realismo onírico... -repitió el empleado leyendo la hoja abandoada por el sospechoso.